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BernardoBrasilero

El juicio, el paradigma socio-crítico y su pertinencia

   La actividad académica realizada este semestre por los estudiantes de las áreas pedagógicas en la Universidad del Bío Bío, en las clases de Curriculo y Evaluación, es un verdadero marco para el desarrollo de nuevas visiones en la forma y finalidad de educar y enseñar en nuestro sistema educacional. Se trata del juicio realizado por los alumnos de esta institución, en el caso sobre la reforma educacional enviada al congreso por la concertación. Es la demostración del éxito que se puede lograr a través de este modelo, en el sentido de desarrollar un modelo curricular tan poco explorado en la actualidad y que, a mi entender, es el que mejor potencia la capacidad de reflexión, concientización y de consenso, en la búsqueda por una identidad social individual y colectiva. Es el modelo socio-crítico, cuya preocupación se resume a contextualizar la finalidad  educativa en la realidad social presente en la sociedad.

   Si hacemos un análisis de los elementos curriculares de nuestros colegios, particularmente los públicos, y observamos las vivencias que en ellos se trasmite, veremos la preponderancia de asignaturas técnico-científicas, especialmente las técnicas, en detrimento de las humanísticas. En el caso de los particulares, hay un predominio de actividades que estimulan la creatividad, el poder de decisión, y el desarrollo de habilidades que fomentan más la abstracción. O sea, es explícita la desigualdad y división en la difusión de los conocimientos a las diferentes redes escolares, tal cual afirman Baudelot y Establet. Para que sea posible desvincular la esfera académica de la subordinación  económica y su jerarquía laboral, condición averiguada por Bowles y Gintis-ver teoría de la correspondencia-sólo un paradigma verdaderamente socio-crítico será capaz de trascender el rol educativo del mundo laboral, y consecuentemente entregarnos herramientas para discutir y proponer soluciones en conjunto de los problemas pertinentes de nuestro país.

   No obstante lo anterior, es preciso establecer dicho paradigma de modo que no se deforme en el contexto actual, en que los profesores sufren día a día con la violencia, el desrespeto, y  la falta de compromiso de los estudiantes. Es un modelo que exige esfuerzo, motivación, respeto y confianza, por parte de profesor y alumno. Estoy de acuerdo con Paulo Frei, cuando afirma que es preciso echar abajo los prejuicios, el autoritarismo, y propiciar colaboración, confianza, igualdad, y seguridad en los alumnos, para así generar un ambiente donde haya disciplina y diálogo a la vez.

   Por lo tanto, considerando los beneficios que pueden generar la aplicación del paradigma socio-critico, veo la necesidad de su aplicación en el contexto escolar chileno. Los juicios son un ejemplo de la materialización de ese paradigma, en el sentido que los alumnos se toman un rol activo en su aprendizaje, desarrollan la argumentación, aprenden a basar sus afirmaciones en evidencias, y se concientizan de los problemas de su país, además de proponer soluciones para ellos a través de este medio. De esta forma, termino concluyendo que experiencias como estas son las que nuestros estudiantes deberían conocer mejor e desarrollar, para fortalecer la formación de su ciudadanía e identidad.

1 comentario

Profesora -

Bernardo:
Quiero felicitarte por los muy buenos aportes que has hecho durante el semestre, la audiencia te lo agradece. Adiós.

La profe.