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BernardoBrasilero

La evaluación como instrumento de cambio social

¿Cómo transformar la evaluación en un instrumento motivador en la búsqueda de nuevos aprendizajes? ¿Cómo despegar este concepto de una proyección funcionalista de ver la realidad, en la que somos todos vistos desde la óptica del sistema productivo, que persigue a la eficacia y eficiencia, que nos selecciona y nos segrega, según sus conveniencias? Me cae muy bien esta frase de Nietzche: “aquel que tiene un porqué para vivir se puede enfrentar a todos los cómos”. Los problemas que hoy atravesamos en el sistema educacional vienen en cierta medida dados por la cultura que nos es transmitida en las últimas generaciones, una cultura que se ha limitado a ver la visión capitalista del mundo, interesada más en satisfacer necesidades prácticas, materiales y individuales, y que se olvidó de la visión humanística de comprender a la vida, empeñada en el conocimiento del ser y en la búsqueda del sentido de la vida. Entendiendo la razón por la que hoy nuestro sistema educativo es como es, podemos desarrollar los medios más adecuados para cambiarlo, si queremos desarrollar en nuestros futuros ciudadanos algo más allá que capacidades reproductoras de conocimientos.Ahora bien, empezar un cambio social de esta naturaleza, a partir del  cambio del enfoque de la evaluación en el sistema educacional, no es tarea fácil. Como averigua Santos Guerra, la evaluación tiene hoy un valor de cambio, tiene el rol de etiquetar al evaluado para los demás y para sí mismo. Las familias ejercen presión por resultados, números, eficacia, notas. Lo hacen porque así es el mundo del trabajo, ávido por mano de obra eficiente. Es eminente un choque social, si cambiamos el modelo evaluativo sin el correspondiente cambio cultural. Pero no es imposible, considerando que en la escuela se adquiere considerables vivencias y aprendizajes en la formación del niño.Considero por tanto que tales cambios en la evaluación escolar se hacen altamente necesarios, y que una reflexión encaminada hacia la búsqueda de justicia social, fraternidad, valores, actitudes, y ética tienen el potencial de enriquecer la práctica evaluativa y potenciar por lo tanto, el íntegro desarrollo cívico de nuestros niños. 

1 comentario

Profesora -

Bernardo:
Considero importante la reflexión que has hecho, sin embargo, hay aspectos que el autor considera y que son importantes de abordar con profundidad, no sólo te centres en el modelo de evaluación imperante en nuestra sociedad, recuerda analizar y evaluar la lógica del TEXTO, de gran ayuda es la guía para la elaboración del comentario, dejo en tus manos un análisis de él.

Miguel Angel Santos Guerra (2003) en su artículo “Dime cómo evalúas y te diré qué tipo de profesional y de persona eres” parte revisando la práctica evaluativa actual. Al respecto plantea, en primer lugar, que el profesor actúa en un contexto que condiciona su práctica de evaluación; donde existen disposiciones legales, supervisiones institucionales, presiones sociales y condiciones organizativas que regulan la actividad evaluativa. A esto se suman los componentes básicos de la evaluación (comprobación y explicación de los aprendizajes); el valor de uso y el valor de cambio que le asignamos al conocimiento y una práctica evaluativa que potencia o debilita el desarrollo de capacidades intelectuales en los estudiantes según sea el criterio del profesor.

En el contexto de esta práctica evaluativa descrita anteriormente, Santos Guerra concluye que la forma de entender y practicar la evaluación permite deducir las concepciones teóricas que tiene el evaluador sobre la inteligencia, sobre el proceso de enseñanza y aprendizaje y sobre la profesión docente, por una parte; las actitudes que tiene el evaluador hacia sí mismo, hacia los evaluados y hacia sus colegas, por otra, y además es posible develar los principios éticos del evaluador sobre la realidad social, sobre la finalidad de la Educación y sobre la ética profesional.

Por último, el autor, termina su artículo proporcionando sugerencias para mejorar esta práctica. Propone someter la práctica a una crítica rigurosa, y a partir de esto orientar la investigación evaluativa cuyo fruto permita tomar decisiones para mejorar dicha práctica. Sin embargo, la mejora no será posible si no se mejoran primeramente las condiciones en las que se desarrolla dicha práctica. Esas condiciones no se modifican por arte de magia, pero los docentes como profesionales podemos iniciar el proceso.

Tienes 3 faltas de ortografía que tienen relación a la redacción.

Tu comentario fue publicado posterior a la fecha de tope.

La profesora.